domingo, abril 06, 2008

Resumen.

Me fui a Brasil y volví. Tomé caipirinhas y comí queso a las brasas que nos vendía Ana (o Ercilio, su marido). Floté en el mar y nadé en la piscina. Hasta hice gimnasia en el agua.
Me reí de lo hediondo que es mi hermano. Y subí tres kilos.
Pero volví a Santiago.
Mi pasaje a Barcelona está guardado hasta nuevo aviso.
Sigo trabajando donde mismo. Y ahora además le saco fotos a la gente en la calle si es que tienen un pelo digno de ser retratado. He bajado 7 kilos.

Ayer me corté el pelo.
Y hoy día acabo de reencontrarme con Maria Mena, que canta "You're the only one", canción que inevitablemente hace que me enamore un poco más.

jueves, diciembre 27, 2007

Viajar.

Me gusta viajar. Llegar a lugares desconocidos me parece fascinante. Yo creo que una de las cosas que más me gusta es mirar a la gente. Bueno, eso me gusta hacerlo aquí o en cualquier otro lugar. Igual que escuchar conversaciones ajenas.

Y justo ahora, que estoy trabajando, me llegan de regalo dos posibilidades para viajar (y eso que el año nuevo pasado ni siquiera salí a darme la vuelta a la manzana con maletas). Dos posibilidades muy distintas. Una con toda la familia, otra sola. Una a un lugar desconocido y otra a un paisaje que ya vi una vez. Una al verano eterno y la otra al más duro invierno.

En el escenario ideal, podría ir a los dos lugares y disfrutar por separado. Empezar el 2008 preparando la maleta, largarme de aquí y salir a conocer, a redescubrir. Pero creo que justo ahora no estoy parada en ese escenario. Me equivoqué y me subí a otro. Ahora tengo que elegir uno de los dos viajes. Y cuando haya decidido eso, dejar que los grandes decidan por mí y vean si es que puedo viajar o si este verano tendré que quedarme frente al computador, en un trabajo que me gusta mucho, pero que sólo me permitirá soñar con conocer lo desconocido y reencontrar lo olvidado.

¿Verano o invierno?

Es una difícil decisión, aunque siempre he preferido el frío.

domingo, octubre 21, 2007

Vómito de ideas.

Antes que se acabe octubre, debo escribir algo. O tal vez no, pero lo haré igual.
Estoy impresionada con lo rápido que ha pasado el año, es como comentario de vieja, sólo me falta apretarle los cachetes a un pobre niño y decirle "ay, pero si yo te conocí cuando eras así". Pero es cierto, se me ha pasado muy rápido este año. Es más, el otro día, paseando por Providencia, creo, vi un gorro de Viejo Pascuero en una vitrina. ¿Hay señal más evidente de que se está acabando el año que la Navidad? Y claro, las grandes (y pequeñas) tiendas se aprovechan de la vulnerabilidad que produce el color rojo y blanco y la nieve artificial y cada año ponen antes la publicidad que incita a comprar todo lo que se nos cruza, pero de todas maneras, cuando aparece un Viejo Pascuero, quiere decir que se acabó el año. No hay nada que hacer. ¿Empezar a comprar regalos? Puede ser.

El otro día estaba conversando con una de las hermanas de Israel y me contaba que ella ya tiene todos los regalos de hombres comprados y los de mujeres los tiene vistos, porque le gusta hacerle regalos a todo el mundo. Incluso en su oficina juegan al amigo secreto para evitar que gasten plata innecesaria, pero ella no lo puede evitar y le compra alguna cosa chica a cada uno.

A mi también me gusta hacer regalos. Si voy por la calle y veo algo-que-tiene-cara-de-alguien, se lo compro. Claro, si es algo comprable. Porque por mucho que vea un laptop increíble, que se que tiene cara de Israel, o los últimos lentes de Chanel, que obvio que tienen cara de Chica, no se los voy a comprar (aunque ganas no me faltan). ¿Qué será lo que me gusta tanto de hacer regalos? No lo sé. Lo pensaré.

Pero en este post iba a escribir de otra cosa que, por supuesto, ya olvidé.
Ah, iba a decir que todo va bien con el trabajo, que ahora ya les puedo contar de qué se trata, pero que no lo haré. Sólo diré lo siguiente: visiten ahora ya www.paula.cl. Su click es mi sueldo.

En una semana y un día más es mi titulación. Nervios igual. Aunque no.
Es raro, porque no va a haber ninguna diferencia con mi vida actual.
En fin, no se qué más decir.

¿Feliz Navidad?
Sólo por si no escribo en mucho tiempo más.

miércoles, septiembre 05, 2007

Cambios.

Cada miércoles, cuando la Paz iba a grabar su programa (Planeta X, en RadioUC) me preguntaba cómo estaba mi situación laboral. Ante mi cara de "nada todavía", me daba ánimos y hasta me ofreció un trabajo que le habían pedido a ella. Pero hoy día por primera vez, y antes que me preguntara, pude responderle con una sonrisa.

¡Ahora tengo trabajo! Es sólo medio tiempo y por tres meses, pero hay pequeñas posibilidades de poder alargar ese contrato a plazo fijo que tendré que firmar en unos días más. Por ahora no puedo adelantar mucho más, pero seguramente la próxima semana podré escribir un poco. Sólo puedo decir que ahora salgo en un colofón. ¡Sí!

Durante las primeras semanas el trabajo no será muy creativo, sólo buscar, copiar y pegar, pero con la cabeza funcionando a full, pensando en nuevas ideas para más adelante. ¿Lo mejor? Mi jefa es una muy amiga, así que todo bien. Además, somos las únicas integrantes del "departamento", por ponerle algún nombre.

Por ahora, eso es todo. Yo, feliz. Ya me estaba desesperando con tan poco que hacer. Si a este trabajo le sumamos el de la radio y mis clases de costura (sí, ahora también estoy en clases de costura) tengo la semana casi llena y ni siquiera tengo tiempo para almorzar. Pero me gusta. Sí que me gusta. Ahora pienso en la crisis vocacional que tuve hace algunos años y me doy cuenta que en realidad me gusta esto del periodismo, sobre todo si puedo mezclarlo con mi otra gran pasión.

Pero antes de irme, no puedo dejar de mencionar la noticia de la semana. No hay palabras, sólo esta foto que me mandó mi hermana. Semana de cambios.

jueves, julio 19, 2007

Cirugía Microendoscópica de Cavidades Perinasales.

Finalmente, este sábado los pólipos saldrán de mi nariz. En una de esas hasta me cambia la voz y ya no me reconocerán.
La cirugía no me da tanto miedo como el papel que tengo que firmar antes de entrar a pabellón, donde se describen algunos de "los riesgos más frecuentes y más graves, incluyendo aquellos derivados de la administración de la anestesia", como por ejemplo:
  • Hemorragia intracraneal.
  • Traumatismo directo del cerebro.
  • Daño ocular completo o parcial.
  • Visión doble por lesión de los músculos externos oculares.
  • Fístula de líquido cefaloraquídeo (meningitis secundaria).
  • Colección de sangre en la órbita.
  • Obstrucción nasal por adherencia en las paredes de la nariz.
  • Alteraciones permanentes del olfato.
  • Lagrimeo continuo de uno o ambos ojos.
  • Formación de costra intranasal postoperatoria
  • Riesgo de la anestesia general: asfixia, reacción anormal a drogas, hipertermia, complicaciones pulmonares o paro cardíaco en un caso sobre 100.000.

Esperemos que no me pase ninguna de todas estas cosas y si llegara a pasar alguna que sea... ¿el lagrimeo continuo de un ojo? ¿o la alteración permanente del olfato? Aunque como me dijo Israel el otro día, esa última es más peligrosa y tendría que andar con un canario para todos lados, para asegurarme de no morir por una emanación de gas.

viernes, junio 22, 2007

La recta final.

A días de egresar surge inevitablemente la pregunta:
¿Y ahora qué?

Escena 1:
Javiera, Janet y Valentina conversan animadamente de cualquier cosa cuando, inesperadamente, sale el tema que últimamente ocupa sus cabezas por completo.
Vale: Oye, ya no queda nada para que se termine todo. ¡Qué miedooo!
Janet: ¿Qué vamos a hacer? (con cara de desesperación)
Javi: A mi todavía me queda la práctica...
Vale y Janet piensan: ¡Maldita! Todavía le queda ese agradable limbo. Nosotras, directo a la vida real.

Minutos más tarde, la conversación cambia de rumbo y ahí seguimos, las tres sentadas en la cocina, pero esta vez, hablando hasta por los codos.
De los sillones que antes estaban en la sala de estudio y donde uno dormía a pata suelta (y cómo Sole Puente retó a la Javi por estar con los pies encima).
De las pocas veces que visitamos la biblioteca en estos años: los ensayos de política, el niño que roncaba descaradamente en un sillón y nuestro ataque de risa posterior, la revisión de revistas para Interactiva y las miles de veces que nos hicieron callar.
De la Javi siendo confundida con Karen Paola en La Moneda y posteriormente ovacionada por la multitud presente, mientras su cara tomaba un bastante notorio tono rojizo.
De esa vez que la Chica, en un ataque de rabia, hizo callar a un grupillo que no dejaba de hablar en la mitad de una clase (y de la posterior cara mía).
De todas nuestras travesías en taller, como cuando tuve que reportear con Rodrigo las protestas de los pingüinos "desde adentro", con piedras y guanaco incluido.

De todo eso y mucho más.
Quedan pocos días, y la gran pregunta gran todavía no tiene respuesta.
Pero los recuerdos son muchos, miles. Y mientras pensamos en qué hacer ahora, podemos reírnos un rato acordándonos de todos esos episodios.

¿Y usted, de qué se acuerda?

sábado, abril 21, 2007

Cozos.

Elisa
Vicente
Clara