Me fui a Brasil y volví. Tomé caipirinhas y comí queso a las brasas que nos vendía Ana (o Ercilio, su marido). Floté en el mar y nadé en la piscina. Hasta hice gimnasia en el agua.
Me reí de lo hediondo que es mi hermano. Y subí tres kilos.
Pero volví a Santiago. Mi pasaje a Barcelona está guardado hasta nuevo aviso.
Sigo trabajando donde mismo. Y ahora además le saco fotos a la gente en la calle si es que tienen un pelo digno de ser retratado. He bajado 7 kilos.
Ayer me corté el pelo.
Y hoy día acabo de reencontrarme con Maria Mena, que canta "You're the only one", canción que inevitablemente hace que me enamore un poco más.
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1 comentario:
sí, sería bueno vernos más seguido y con más tiempo. yo me paso la mitad de mis días en eventos llenos de esa gente que vive por aparecer en cualquier parte. y no, yo no soy una socialité. nunca lo he sido.
gracias por tu post.
qué bueno lo del viaje, es tan rico salir, yo sólo espero el momento preciso para no volver en mucho tiempo.
besos!
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