miércoles, agosto 24, 2005

4 meses.

Con Andrés pololeamos hace cuatro meses y tengo super claro que vamos a estar juntos mucho tiempo más. Los dos lo sabemos. Y esa sensación es rica, porque da seguridad, uno anda más feliz por la vida.
Hoy día íbamos en el auto de su hermana después de haberlo llevado para que le parcharan una rueda y pasamos por el Paseo Bulnes. Yo -santiaguina de nacimiento, viñamarina del resto de la vida y vuelta a Santiago hace dos años- no lo conocía, así es que no dudé en decirle: "Algún día vamos a venir para acá, ¿ya?". Y generalemente es así. Nos proyectamos.
Ya sabemos que vamos a tener un bar. Que tenemos que ir a Nueva York. Y que vamos a vivir cerca de mi actual departamento. Son cosas que, aunque parecen lejanas, las vamos a lograr. Obvio que no va a ser luego, porque por el momento el lugar más lejos donde podríamos ir de vacaciones es Viña, y en un bar sólo podríamos ser meseros. Pero tener esos proyectos es lo que me hace querer terminar luego la carrera, avanzar rapidito, para que podamos empezar a concretar.
Hace poco le conté a una amiga que con Andrés habíamos comprado un Loto a medias, y que después de elegir los números y mientras caminábamos a mi casa, pensamos en qué haríamos con la plata. La primera idea comun fue comprar un departamento para poder irnos a vivir juntos. Altiro. Y la Rosario, mi amiga, me miró con cara de espanto. Yo me reí y le dije que era verdad. Que parece que de verdad me había enamorado y que eso no me daba miedo.