lunes, septiembre 25, 2006

Amigos.

Para mi los amigos son una de las cosas más importantes. No tengo muchos, pero sí intento cuidarlos. Por eso me cuesta tanto entender las actitudes de algunas personas. No me gusta esa gente que te saluda sólo cuando es para pedirte un favor, pero más me cargan esas personas con las que compartiste muchas horas de tu vida, hablaste de todo, confesaste lo inconfesable y, de un minuto a otro, encuentran a alguien más. Está bien, todos cambiamos y evolucionamos en la vida, pero creo que esta evolución se puede dar en conjunto. Me ha pasado ya un par de veces, curiosamente con gente que luego fue amiga entre si y que, claro, ya no lo es.

Esas amistades desechables no logro entenderlas. Me superan. A lo mejor soy muy tradicional. No lo sé. Pero eso de llenar los favoritos de tu blog con miles de nombres que has visto por ahí, gente con la que has conversado un par de veces, blogs en los que ni siquiera comentas, pero hacen que tu espacio se vea más cool, con más onda. Porque conocer gente tiene onda.

Para mí los amigos son una de las cosas más importantes. No tengo muchos, por eso no necesito llamarlos por su nombre y apellido. La Chica es una sola, la Ale es una sola, Rosita es una sola, la Javi y la Coni también (aunque algunas veces deba incluir sus apellidos para no confundirlas con mis hermanas). No me importa que no tengan apellidos con muchas erres y no conocer a todo su árbol genealógico. Lo importante son otras cosas.

No me interesa salir todos los fines de semana y estar en los lugares de moda. Me da exactamente lo mismo si voy a una fiesta donde está todo el jet set, ir a recitales de grupos indie o ver todo lo que dan en el cine para tener tema. Prefiero hablar de cuánto me gusta comprar cosas en las micros, de los sueños y de nada también.

Me gusta la vida más simple, pero más compleja a la vez.

domingo, septiembre 24, 2006

Compras y micros.

Me gusta comprar. Claro, eso puede no ser una novedad para casi todos, pero una de las cosas que me encanta hacer es comprar en las micros. Desde un chocolate hasta un completo set de desatornilladores. No se qué será.

A lo mejor es porque cuando voy en la micro voy pensando en cualquier cosa, menos en comprar. Y, de un minuto a otro, se sube alguien que animosamente ofrece un producto. Cualquier cosa. ¿Cómo resistirse? O sea, es obvio que esos excelentes 12 plumones marca Sharpie son completa y absolutamente necesarios, aunque en realidad ya tengo 3 juegos de plumones. Pero claro, son de otra marca, otro grosor, y tienen hasta distintos colores, pienso.

Y es irresistible. Termino con los plumones en la mano. O los desatornilladores. O las tijeras, las agujas.

Y ustedes, ¿compran en la micro?
(uf, hoy día me puse interactiva)

domingo, septiembre 10, 2006

Mezcla.

De todo un poco. Días sin escribir. Muchas cosas hechas y otras tantas por hacer.
La semana pasada intenté postear algo, pero estaba en la Universidad y no alcancé. Sólo pude guardar como borrador que tenía un moretón grande en la rodilla derecha. Todavía lo tengo. Supongo que no ha pasado tanto tiempo.
El moretón fue porque no le achunté a la camioneta cuando me subí para ir a Tunquén, el fin de semana pasado. Dos días después me hice otro metiéndome a la ducha. He llegado a la conclusión que todavía estoy en la más tierna adolescencia, cuando uno no tenía el control de su cuerpo porque le quedaba grande. A veces me pasa. Me quedo grande.

Quiero encontrar un trabajo donde me paguen lo suficiente como para poder irme de acá. Ya no soporto mucho. No me gusta andar con la guata apretada por la vida. Me gusta dormir bien, tranquila, acompañada.

Este fin de semana fue el cumpleaños de Israel. Estuvo entretenido y eterno. Me gustan esas celebraciones, aunque al final ya estaba muriendo de sueño y todavía me duele un poco la espalda por las machas.

No quiero tener que hacer cosas que no me gustan. Política debería ser convalidable con otros ramos. Las fotos deberían llegar cuando te dicen. Y yo debería poder escribir lo que tengo que escribir.