La cirugía no me da tanto miedo como el papel que tengo que firmar antes de entrar a pabellón, donde se describen algunos de "los riesgos más frecuentes y más graves, incluyendo aquellos derivados de la administración de la anestesia", como por ejemplo:
- Hemorragia intracraneal.
- Traumatismo directo del cerebro.
- Daño ocular completo o parcial.
- Visión doble por lesión de los músculos externos oculares.
- Fístula de líquido cefaloraquídeo (meningitis secundaria).
- Colección de sangre en la órbita.
- Obstrucción nasal por adherencia en las paredes de la nariz.
- Alteraciones permanentes del olfato.
- Lagrimeo continuo de uno o ambos ojos.
- Formación de costra intranasal postoperatoria
- Riesgo de la anestesia general: asfixia, reacción anormal a drogas, hipertermia, complicaciones pulmonares o paro cardíaco en un caso sobre 100.000.
Esperemos que no me pase ninguna de todas estas cosas y si llegara a pasar alguna que sea... ¿el lagrimeo continuo de un ojo? ¿o la alteración permanente del olfato? Aunque como me dijo Israel el otro día, esa última es más peligrosa y tendría que andar con un canario para todos lados, para asegurarme de no morir por una emanación de gas.