viernes, diciembre 30, 2005

Recuento.

Y así, sin más, se va el año.

Adios 2005.

Buen año. Yo creo que lo recordaré. Es que si me preguntan qué hice el 2001 creo que no podría decir muchas cosas. Pero este año, este año si que sí.

Partiendo por las tres eternas e interminables semanas en Vichuquén y el increíble viaje a Buenos Aires con la Chica. Qué manera de caminar. Y por supuesto, darle con el look.

Y después la entrada a clases. Y las mariposas. Y el comienzo de excelentes 8 meses. El primer-pololo-oficial-que-duró-más-de-10-minutos. Mi novis (teamo).

Las clases, el montón de fotocopias que leer, la crisis vocacional. ¿Qué hago aquí? No quiero leer una fotocopia más. ¿Por qué seguir? Quiero congelar y cambiarme a diseño de vestuario. Pero las cosas se calmaron y pude seguir. Si después de todo no es tan malo.

Y empezar con taller. Eso sí que daba miedo. Si ni siquiera estaba segura de si me gustaba la carrera, ¿cómo pretendía más encima andar reporteando? Y lo hice. Corrí. Me reí. Me enojé. Lloré. Pero lo logré. Terminé y pasé todo. Aunque sigo creyendo que no voy a poder hacerlo toda la vida. Claramente intentaré no trabajar en un noticiario.

Y por otro lado, los niños empezaron con los ramos de Dirección. Lo que significó que pasara casi la misma cantidad de horas que ellos en las editoras, sólo para acompañar a Israel. Claro, y que conociera a la Maite (¡pucha que me cae bien esa cabra!) y a otros tantos que ya me han convertido en la mascota del curso.

Un buen año.

Espero que el próximo sea mejor, o por lo menos igual. Y quiero seguir estando contigo (teamo).

Pásenlo muy bien y un abrazo gigante (pero no voy a decir lo que no hay que decir porque da mala suerte).

sábado, diciembre 17, 2005

Deaquípallá.

Estos últimos días he andado para todos lados. Y es que así suelen ser mis vacaciones. Entre Viña y Santiago. Mi casa de acá y la de allá. Ahora hay que sumar también Peñaflor.

Me encanta eso. Me gusta andar en bus, en micro. Seguramente es por eso que todavía no saco licencia, porque me da un poco de lata tener que ir tan pendiente de la carretera si puedo ir pensando en cualquier otra cosa.

Sólo para que se hagan una idea. El lunes estuve en Viña, el martes en Santiago, el miércoles en Papudo, el jueves en Viña, ese mismo día en la tarde de vuelta a Santiago hasta hoy día. Y claro, mañana me voy a Viña otra vez, porque es el cumpleaños de la Magda.

Y sigo así, que las vacaciones están recién empezando.

lunes, noviembre 14, 2005

Mal día.

Hoy día me abrazó la Magda y me puse a llorar.

Hoy día me abrazó Israel y me puse a llorar.

Hoy día llamé a toda la gente por teléfono y nadie me quiso contestar. Colapsé. Corrí. Y logré sólo lo mínimo. Frustración. Justo cuando pensaba que había encontrado lo que más me gustaba de esto, me resulta todo mal.

Hoy día actualizo esto y, aunque trato de evitarlo, me pongo a llorar.

lunes, noviembre 07, 2005

¿Renunciar?

Estoy a un paso de renunciar. Ya no quiero leer más para este ramo, porque estoy casi segura de que me lo voy a echar igual. Y, ¿para qué hacer un esfuerzo que voy a tener que volver a hacer otro semestre?
Sí, visión conformista y charcha y floja, pero ¿qué le voy a hacer? Si igual soy floja, es mejor que lo asuma dignamente.

En realidad no se qué hacer.

Y mientras pienso, veo un programa de MTV que es una mezcla entre Mi Casa, Tu Casa y Fashion Emergency. No me acuerdo ahora cómo se llama, porque además es primera vez que lo veo. Pero esa gente está completamente loca. Me he reído todo el rato. Los gringos son tan raros.

jueves, octubre 27, 2005

Pitutos.

Desde que me decidí a estudiar periodismo el pituto ha sido un tema para mí. Cada vez que decía quién era mi papá, la gente me miraba (otra me lo decía directamente) con cara de: a tí nunca te va a faltar trabajo. Y la verdad es que me da demasiada lata. Aunque mi papá fuera astrónomo creo que hubiera estudiado esto mismo y me encantaría pensar que tendría las mismas oportunidades de trabajo que todo el resto.

Pero no sé... el tema es raro. Es un hecho que si digo mi apellido a lo mejor más personas me van a tomar en cuenta, pero me carga. Y no sólo eso. Con esto de empezar a sacar fotos para la revista tampoco me siento muy bien.

Claro que es un agrado que por trabajar un rato me paguen bien, pero el hecho de haber llegado ahí sólo por mi hermana me causa un poco de conflicto. Sí, siempre me ha gustado la fotografía. Pero deben haber como mil personas que saquen mucho mejores fotos que yo, pero que no tengan la suerte de tener una hermana que trabaja donde trabaja la mía.

Entonces qué hago. ¿Sigo pensando que estoy ahí sólo por eso o me paso a todo el mundo por la raja y creo que es porque lo hago bien?
Todavía no lo sé. Pero por el momento estoy intentando disfrutarlo. Y aprovecharlo (por supuesto).

lunes, octubre 24, 2005

Resumen.

Hace tiempo que tenía ganas de escribir acá, pero no había podido. Así que ahora un resumen de todo lo que quería poner.

He estado sacando fotos para la vida social de la Revista Caras. Aunque no han sido muchas, ni estoy de fotógrafa oficial (sólo reemplazante), ha sido choro. Gracias a eso pude ir a la avant première de Se Arrienda y sacarle fotos a todo el jet set criollo. Igual graciosillo. Además me publicaron página entera, so... más dinerillo para mí y para el enchulamiento de mi computador.

Otro de los eventos a los que tuve que ir fue el lanzamiento de un libro en el colegio Notre Dame. El evento era cero glamour y no había mucha gente fotografiable, pero inevitablemente me acordé del colegio. Es que además en el Notre Dame todo el mundo es scout, y uno de los discursos fue aplaudido con un matemático (lo malo fue que estaba con la cámara en una mano y la libretita en la otra, así que no pude hacer mucho). Pero eso. Me acordé de los niños de scout, de los campamentos y de que los pasábamos chancho. Snif.

Y, finalmente, agradezco al Padre Hurtado, porque gracias a él mi padre se fue a Roma y pude tener una semanilla para estar con Novio. Ya, super nada que ver yo, pero es que igual lo pasé chancho el fin de semana en Peñaflor, me reí harto. Lo mejor de todo es que hoy día la Nelly me dijo: No se preocupe señorita Valentina (porque no puede evitar decirme así), a mí una vez me dijeron que una en este trabajo tiene que ser sorda, ciega y muda. ¡Grande Nelly!

Eso no más por ahora.

sábado, septiembre 24, 2005

Sitcom.

A propósito del post de Omar y de una conversación que tuvimos con las niñas el otro día he llegado a la conclusión que nuestras vidas podrían servir como guión para una sitcom. El problema ahora es si alguien nos vería.

Siempre que intentan hacer series de jóvenes resultan experimentos como Bienvenida Realidad o 17, o sea, varios actores que hace rato pasaron los 20 mostrando los "problemas" de los niños de hoy día. Sexo, drogas y rock&roll.

Pero nosotros somos posiblemente lo más alejado de ese estereotipo.

Igual, dentro de la serie -que todavía no tiene título tentativo- habrían varios personajes notables.

Janet Bradshaw:
Estudiante de periodismo, 3er año. Dentro del grupo es una de las más estudiosas, pero no por eso es perna, esa es su gracia. Puede sacarse la mejor nota en una prueba, mientras que se viste con las últimas tendencias de la moda y está al tanto de todos los conciertos relacionados con la "movida electrónica" que hay en Santiago.
Amante de la ciudad, el shopping y los eventos en general. Es como ver a Carrie Bradshaw en la universidad. El mayor asunto por resolver es encontrarle alguna pareja, pero se prometen varias aventurillas por ahí.
Sin duda cautivará al público con su risa y no se demorará en firmar un contrato millonario con alguna multitienda para promocionar su nueva línea de ropa pop-alternativa para jóvenes. Pero ese sería sólo el primer paso, porque ya para la segunda temporada sería el rostro latinoamericano de Topshop.

Oz:
Estudiante de Dirección Audiovisual y Estética, 3er año. Es como Janet, pero en hombre. Ama la ropa y le pondría la nota de estilo a la serie. En los estudios es capaz de pasar noches enteras sin dormir -y de obligar a sus compañeros a hacer lo mismo- con tal de entregar el mejor trabajo.
Por lo mismo, siempre tiene las mejores notas y dentro del grupo es el único que logra llevar adelante dos carreras con excelentes resultados.
Además, no pierde ninguna ocasión para salir a mover el esqueleto en los lugares más top de todo Santiago. También está soltero, pero en busca de algun jovencillo que lo acompañe en las locas noches de juerga que lo hacen recorrer la ciudad.

Rosita:
Estudiante de Periodismo, 3er año. Es amante de Hello Kitty y de todo lo que sea rosado en general. Se diferencia de los dos personajes anteriores en varias cosas, pero sobre todo en la música que le gusta. Nada de electrónica, a Rosario (su nombre real), lo que le gusta es la pachanga. Pero la pachanga buena. Y claro, a veces también tiene sus ataques de romanticismo y no puede dejar de escuchar la FM2.

Otra más que está soltera, pero es uno de los personajes más enamoradizos y coquetones que se pueden haber visto en cualquier otra serie anterior. Sin embargo, en este minuto, sus ojos están puestos en un sólo compañero que la tiene loca. Y no va a descansar hasta lograr algo.
Otro de los amores de esta joven es Japón. Y no sólo el sushi. Hace ya bastante tiempo que está en clases de este idioma y lo único que quiere es que la acepten para poder irse de intercambio el 2º semestre del 2006. 6 meses sin Rosita no serán lo mismo en esta serie, por lo que no podremos dejar de lado sus aventuras al otro lado del mundo.

Enrique:
Estudiante de Dirección Audiovisual, 3er año. Sin duda es la nota de ironía y humor diferente que le hacía falta a la televisión chilena. No es mucho lo que se puede decir de este personaje, sólo que ama Estados Unidos, sus cigarros y la Coca Cola.
Está pololeando hace 4 meses con una compañera de la Universidad, Josefina.
Pero no es como para escribir mucho más. A Enrique hay que verlo en acción, sólo así se puede entender (o por lo menos tratar de entender).

Coni:
Estudiante de Periodismo, 3er año. La Coni es todo un personaje. Pololea con Tomás (estudiante de medicina China) hace 3 años y, al igual que él, es amante de todas las disciplinas orientales. Hace yoga y hace poco empezó a ir a clases de kung fu con su hermano menor. Es toda una activista ecológica. Además, tiene una paciencia envidiable, seguramente enriquecida por todos los años de meditación.
Sin duda marca la diferencia con todos los otros integrantes del grupo y nos llevará a conocer una nueva faceta de la juventud.

Israel y Valentina:
Estudiantes de Dirección Audiovisual y Periodismo, respectivamente. 3er año. Pololean hace 5 meses y desde entonces andan juntos para todos lados, por lo que es difícil describirlos por separado. Sin duda su historia va pegada.

Su historia, en pocas palabras, fue descrita por Omar: "Él moría por ella desde un principio. Ella no. Él se estaba resignando después de dos años de nada. Pero ella ahora sí. Fiesta de mi cumpleaños, y nunca más se separaron".
Israel es el mayor del grupo, ya que antes estuvo varios años estudiando Construcción Civil, pero por esas cosas de la vida terminó en la Facultad de Comunicaciones. Vive en Peñaflor, por lo que siempre anda con una gran mochila a cuestas, acarreando todas las cosas por si se tiene que quedar en la ciudad. Y por supuesto, para transportar los alfajores que vende.
Valentina es bastante floja y suele inventar cualquier excusa para no estudiar. Además tiene muy mala memoria, por lo que necesita de sus amigas constantemente. Sin ellas seguramente se habría echado todos los ramos. También le encanta ver tele y se autodefine como serieadicta, porque siempre está al tanto de los últimos estrenos de los canales Warner y Sony.

No somos personajes rebeldes ni reventados por la vida. En realidad somos bastante ñoños, pero lo pasamos increíble.

Yo, que soy toda una serieadicta, no me la perdería. ¿Y ustedes?

lunes, septiembre 12, 2005

Only One.

Algun día no vas a tener que irte.
Algún día nos vamos a poder quedar durmiendo siesta eternamente.

Me encantas. Cada día me encantas más.

jueves, septiembre 08, 2005

Gancho.

Uno de los mejores y más útiles inventos fue sin duda el alfiler de gancho. Hoy día, mientras iba caminando a la U, pensaba en eso. Tenía 2 alfileres de gancho en cada pierna del pantalón, porque me quedaban largos y no alcancé a cortarlos. Además, llevaba uno chiquitito y dorado asegurándome una pulsera que se me cae a cada rato. Y para terminar, uno muy grande puesto por dentro de la mochila, que muy linda será, pero no pudo resistir el peso que yo llevaba.

Total: 6 alfileres de gancho en un sólo día.

Si no fuera por ellos, seguramente ya no tendría pulsera y me hubieran robado todas las cosas de la mochila. Ah! Y los pantalones estarían uncluso más molidos.

miércoles, agosto 24, 2005

4 meses.

Con Andrés pololeamos hace cuatro meses y tengo super claro que vamos a estar juntos mucho tiempo más. Los dos lo sabemos. Y esa sensación es rica, porque da seguridad, uno anda más feliz por la vida.
Hoy día íbamos en el auto de su hermana después de haberlo llevado para que le parcharan una rueda y pasamos por el Paseo Bulnes. Yo -santiaguina de nacimiento, viñamarina del resto de la vida y vuelta a Santiago hace dos años- no lo conocía, así es que no dudé en decirle: "Algún día vamos a venir para acá, ¿ya?". Y generalemente es así. Nos proyectamos.
Ya sabemos que vamos a tener un bar. Que tenemos que ir a Nueva York. Y que vamos a vivir cerca de mi actual departamento. Son cosas que, aunque parecen lejanas, las vamos a lograr. Obvio que no va a ser luego, porque por el momento el lugar más lejos donde podríamos ir de vacaciones es Viña, y en un bar sólo podríamos ser meseros. Pero tener esos proyectos es lo que me hace querer terminar luego la carrera, avanzar rapidito, para que podamos empezar a concretar.
Hace poco le conté a una amiga que con Andrés habíamos comprado un Loto a medias, y que después de elegir los números y mientras caminábamos a mi casa, pensamos en qué haríamos con la plata. La primera idea comun fue comprar un departamento para poder irnos a vivir juntos. Altiro. Y la Rosario, mi amiga, me miró con cara de espanto. Yo me reí y le dije que era verdad. Que parece que de verdad me había enamorado y que eso no me daba miedo.