lunes, abril 16, 2007

Tarde de Clínica.

El fin de semana mi abuelo fue al supermercado y se cayó. Nadie sabe muy bien cómo fue, pero terminó con un tajo en la cabeza en una ambulancia directo a la Clínica.
Hace tiempo que no entiende mucho lo que pasa a su alrededor, porque además está casi ciego. Es capaz de preguntar cien veces quien es la persona que está a su lado, aunque sea mi abuela. En todo caso, de ella es de quien más se acuerda. De ella y de mi tía.

Hoy día lo fui a ver y lo único que hacía era alegar. Que se quería parar, que se quería ir a la casa. Lo malo es que lo tenían amarrado a la cama, porque como tiene tantas ganas de irse es capaz de pararse y salir corriendo. Además de pegar varios manotazos en el intento. Estuve todo el rato con la guata apretada, porque parecía un niño chico. Mi abuelo, el que nos pagaba porque le arregláramos el pelo con la peineta que siempre tenía en el bolsillo, estaba completamente postrado en la cama y hablando tan mal que apenas se le entendía. Y así sigue hasta ahora. Echado y alegando.

Y durante casi toda la tarde estuve ahí, al lado de mi abuela, sentadas en unas sillas incómodas en la pieza de vidrio de la UCI. Pero a pesar de todo, lo pasé bien. Me encanta mi abuela. Es lo mejor. Es de esas viejas choras, que lo sabe todo y que hasta el día de hoy trabaja haciendo traducciones, mandando todo por Internet. Hasta hablo por MSN con ella y me manda cadenas lateras.

Mientras estábamos ahí, le pedía a mi abuelo que no se moviera, que no se tratara de desamarrar, que no se sacara los calcetines que le pusieron para la circulación, que se dejara quieto el dedo que tenía envuelto en un plástico. ¡No te saques el parche de la frente! Con cara de cansancio, me miró y me dijo: Tienes que querer mucho a Israel, para que cuando estén viejos y estén así, puedas tener la paciencia suficiente. Porque de eso se trata, de las pequeñas cosas de todos los días, pero también de estas.

Y se me apretó más la guata. Casi se me llenaron los ojos de lágrimas y me di cuenta de cuánto quiero a mis abuelos. Una vez más, son lo mejor. A Israel también lo amo y no me importa si cuando estemos viejos lo tengo que retar para que no se saque los parches o ponerle el pato (qué instrumento más espantoso) para que haga pipí, tal como lo hizo mi abuela un rato antes que yo me fuera.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es feo llegar a viejo. Lo sé por experiencia. Hace poco se fue mi abuela, que molestaba como por mil abuelas, pero que por lo mismo el silencio se hace más patente.

Pero me quedan mis tatas. Él, que yo veía gigante a mi lado y que me llevaba barbies falsas y que yo chica tincuda desde siempre no se las aceptada porque "no eran mayitas". Ella que trabaja desde los 16 y que envidio totalmente por vestir y peinarse glamurosamente. A él ya lo veo pequeño y ya arrastra los pies. Ella sólo a veces cocina y ya no se pinta el pelo.

Es duro verlos envejecer, pero cómo lo hice con mi abuela guarde todo en un cajón, y cada vez que me acuerdo se me apreta la guata, pero no deja de sacarme carcajadas.

Ojalá no sólo quieras a Israel como para retarlo ( no dudo que ya lo haces!) sino que él también. Que te haga masajes en los pies si es que duelen. Que te lleve el desayuno a la cama y todas esas pequeñeces.

YO TAMBIEN QUIERO UN VIEJO GRUÑON!

Daniela González dijo...

Au.
Se me apretó la guata tb,con tu post y con el comentario de janet. Porque hay varios temas y en este momento identifico 3:
1. Los abuelos: me queda sólo una. Mis abuelos por parte de mi papá se murieron cuando yo era chica...
no no no... en verdad este tema me dio para más, así que lo guardaré para mi blog, porque o si no este comentario va a quedar muy largo. Ay, ya está quedando largo.
En fin, lo otro que me apretó la guata es ese amor, capaz de durar por siempre, incluso en la dulzura y suave decadencia dela vejez. Ese que dice, ayyy conchesumadre, por dios que amo a este hombre aunque sea un viejo gruñón.

Guau. En serio se me apretó la guata.

Respondiendo a tu pregunta, mi mini pega es escribir para una revista farmacéutica :)

Ya Vale... muy lindo el post. lleno de sentimiento. O ahora yo estoy llena de sentimiento? No, tu post y yo estamos llenos de sentimientos.

Un beso.

carolita dijo...

es fuerte y dan escalofríos,
pero, a la vez, me queda esa idea de tanto amor que sólo las parejas de abuelos pueden dejar, porque para llegar hasta ahí han enfrentado el mundo juntos.

qué lindo tener tan cerca el amor incondicional.

Anónimo dijo...

es una escena familiar para mì la que has descrito, y con maestrìa lo has hehco porque se nota la sutileza de las acciones en espeso aire de una clìnica... con un olor desespradamente desinfectado.

lo malo de todo es que cuanod esas personas ya no estan uno se queda y mucho tiempo màs, sè que suena a mensaje kitsch en papel roneo entregado por una niña que vende flores de plàstico... pero las cosas màs cursis generlamente son las que llevan más porciones de verdad dentro.

a todo esto... prepárate porque israel ni siquiera va a querer que lo lleven al hospital.